Por más que queramos, la VIDA no es una línea recta. Tiene subidas, bajadas, montañas y valles que puede hacer que su recorrido no sea fácil, pero SÍ ¡un aprendizaje necesario!

Según vamos creciendo, nos damos cuenta que vivir no es sólo pasar de una etapa a otra. La vida tiene que ver con adaptarse a los cambios, bandear los contratiempos y aceptar los vaivenes de la realidad.

La realidad es cambio y tal como decía un filósofo en la antigüedad, “nunca nos bañamos en el mismo río”. Lo que hoy conocemos de nuestra vida, nuestras decisiones y planes hasta ahora, pueden transformarse de la noche a la mañana en un momento.

Quizá lo que planeamos para nuestra vida, no es lo que “realmente queremos para nosotros”, sino lo que creemos que los demás esperan que hagamos.

El cambio es intrínseco al crecimiento personal y está siempre presente en nuestras vidas, ya sea por alguna circunstancia concreta que modifique la situación en la que nos encontramos o porque decidamos evolucionar mejorando nuestra vida y la relación con nosotros mismos y con los demás.

Ahora… detente un minuto y haz un recorrido por la vida que has vivido hasta el momento y el camino que has andado. Simplemente obsérvalo y no te pares a juzgar nada. Todo ese camino, aunque haya cosas que no entendamos, ha sido necesario para llegar a ser quienes somos ahora y para darnos cuenta qué cosas necesitamos seguir cambiando.

Independientemente de la edad que tengas, estoy segura que lo que aparece de manera más significativa y constante, son los cambios. Si lo piensas bien, posiblemente después de cada transformación, habrás comprobado que tu visión de la vida es diferente.

Decide cambiar tu vida, si yo lo he hecho, te aseguro que tú también puedes hacerlo.

Tu vida empezará a tener otro color, el color que realmente tú quieras. No tiene por qué darse de manera radical, ¡Noooo!  Además no debe ser así…  EL CAMBIO ES UN PROCESO y el primer paso es saber que es posible, si tú crees que es posible.